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Introducción

Debido a que se juntaron una enorme motivación por un deporte que comencé muy inocentemente y mi gran pasión que traigo siempre por entender el porqué de las cosas, he decidido contaros humildemente los fundamentos físicos que he encontrado en el surf.

¿Por qué no nos hacemos daño al caer al agua normalmente? ¿En qué se basan los giros o los “aéreos”? ¿Cuál es nuestra tabla ideal según fisionomía? Responderemos esta y otras muchas preguntas, ¡Al agua patos!

Empecemos por el principio

Quien ha probado el surf se da cuenta de que es un deporte que implica mucha mucha práctica, pero que además de eso mejorarás mucho más si tienes una base teórica sobre la que partir, y ahí es donde se ha colado mi perspicacia física (y consejos de otras buenas personas a las que digo Gracias).

Dicho eso, comencemos con nuestra mejor amiga dentro del agua, que será la tabla: ella es sobre la que surcaremos las olas de nuestra amiga la mar. Veamos los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de comprarse una tabla de surf o alquilarla.

Fig. 1: Nuestra mejor herramienta, la tabla

Dimensiones

Nuestra tabla tendrá cuatro características fundamentales en cuanto a geometría:

  • Altura, en pies
  • Anchura, en pulgadas
  • Grosor, en pulgadas
  • Volumen, en litros

*Recordar la conversión Pulgada – Pie – Centímetro (ver Fig. 2)

Tomando unas imágenes cortesía de Bio Surf Camp para intentar mostraros mejor cómo se ve esto, aquí vemos las escrituras manuscritas en una tabla cualquiera:

Fig. 2: Inscripciones de las dimensiones de una tabla

Como era de esperar, las tres primeras magnitudes dependerán principalmente de tu altura, mientras que la última, será en función de tu peso. También entran en juego factores como el equilibrio intrínseco de la persona, la coordinación y la edad. Fijémonos

Fig. 3: Relación alturas-experiencia

Como vemos en la Fig. 3, será muy importante la altura que tiene la persona a la hora de elegir de entre los tres formatos principales de tablas existentes: longboards, evolutivas y shortboards.

Flotabilidad y movimientos

La disposición de la masa afectará de forma directa a la situación del centro de masas (cdm) del conjunto persona-tabla, que por motivos de hidrodinámica, buscaremos que esté lo más centrado y pegado a ras de la tabla posible (puro equilibrio).

Para acelerar, desviaremos este cdm un poquito hacia adelante, y para frenar, lo desviaremos hacia atrás. El motivo es obvio, ya que en un caso estamos desplazando nuestro peso en el sentido de las olas y, para frenar, en el contrario. Por cierto, digo poquito porque si te pasas, ¡Terminarás en el agua antes de tiempo!

NOTA: Ahora bien, el centro de masas hemos indicado que no solo depende de la cantidad de masa, si no también de cómo esté dispuesta esta, de ahí que estemos aplicando dinámica de sólido rígido (nosotros + tabla) y no la de un único punto.

Ya entendemos en qué se basa el equilibrio a la hora de estar encima de una tabla, y de ahí que los surfistas cojan las olas remando totalmente tumbados o que busquen flexionar las rodillas (cdm aún más bajo) cuando van a hacer movimientos arriesgados o hayan perdido el equilibrio.

De igual forma conseguimos hacer los giros, al llevar nuestro peso hacia un lado específico (a través de pisar o inclinar el cuerpo hacia donde queremos girar). Así, ¡Ya sabemos cómo controlar nuestra montura!

Fig. 4: Hombre remando tumbado (cdm lo más bajo posible)
Fig. 5: Hombre con rodillas flexionadas (cdm más bajo)

Por otra parte está la flotabilidad, que como enuncia el principio de Arquímedes, sabemos que tenemos que conseguir que nuestro conjunto (tabla + nosotros) tenga un peso menor que el volumen de agua que desalojamos al sumergirnos, para lograr flotar (o sea, ser menos densos, en conjunto, que el agua)

Así, el principal factor que influye es nuestra masa total (nuestros kilos) y el volumen de litros que tenga nuestra tabla. Así, una tabla que mida 6 pies puede ser bien diferente por el volumen en litros que tenga, en función del peso de la persona que va a llevar.

La amada tensión superficial

Seguro que todos habéis visto u oído hablar de los zapateros, unos insectos que “andan” por encima de las aguas calmadas de ríos, lagos y estanques. Pues bien, veremos cómo la basura de unos es el tesoro de otros, porque la imposibilidad de los zapateros para vivir en el mar, es la salvación para los surferos.

Hace un par de semanas, mis compañeros de redacción Marcos y Miguel contaron este preciso fenómeno en su serie La Física que no se ve: Aprendiendo en vacaciones, que resumidamente, sucede lo siguiente:

Cuando las fuerzas de cohesión de las moléculas de agua (esto es, las fuerzas que las unen entre si) son superiores que las de adhesión (las que unen al agua con otros elementos vecinos distintos), sucede que en el seno de otro fluido limítrofe (el aire), las fuerzas no se compensan.

Así, aparece una especie de película por encima del agua: la tensión superficial. Esta le permite a pequeños insectos apoyarse como si de un fino y delicado film transparente se tratase.

¿Y qué nos importa a los surferos eso? Pues al igual que a los que saltan en trampolín, mucho. Esa pequeña capa es suficiente para que, cuando saltamos desde cierta altura (10-15 metros), sea en el impacto análogo a un muro de piedra maciza.

Por eso, en las competiciones de salto olímpico se rocía con una manguera la zona de inmersión, para romper esta fina capa. En el agua, este efecto lo imitan los movimientos de las propias olas, salvándonos a los surfistas en las caídas e imposibilitando la vida marina a los zapateros.

Fig. 7: “La mejor caída del año”, de la surfista Keana Kenelly

¡Y no te olvides el neopreno!

Esta es una recomendación que ahora en verano quizá pueda parecer innecesaria, pero además de servir como protección contra roces contra piedras o la propia parafina de la tabla, nos permite estar calentitos mientras hacemos nuestro deporte favorito.

Al fin y al cabo, como sabemos por el primer principio de la termodinámica, que dice algo así como:

Si se realiza trabajo sobre un sistema, o se le aporta calor, su energía interna cambiará

Primer Principio de la Termodinámica

Esto no es más que una derivación directa del principio de conservación de la energía, y nos indica que el hecho de que el agua esté mucho más fría que nuestro cuerpo, nos llevará a estar continuamente cediéndole energía calorífica, enfriándonos.

Por suerte, la termodinámica también nos ha enseñado que hay ciertos materiales que evitan, o más bien, limitan este intercambio de calor: las capas adiabáticas. Así, el neopreno actuará adiabáticamente, evitando que se pierda nuestro calor corporal por el medio del océano.

Ahora bien, no olvides que estamos haciendo ejercicio, y esto implica un trabajo que residualmente también cederá calor (y que nuestro neopreno no permitirá salir, ¡Llevándonos incluso a sudar!). Así, utiliza este Primer Principio y deja entrar un poco de agua por el cuello de tu traje de vez en cuando, de veras lo agradecerás.

Fig. 8: Capa diatérmana (izq.) y adiabática (dcha.)

Como añadido, la parafina no es más que un fluido semi-sólido que aumenta el rozamiento, y que al esparcirlo por la zona de la tabla donde apoyamos el pie, nos permite mejorar nuestro agarre, resbalando menos.

Fig. 9: Proceso de esparcimiento de la parafina

¡Y ahora… a Surfear!

Solo me queda desearos buena suerte y que espero que este artículo os haya despertado el gusanillo por probar este deporte, o retomarlo si es que alguna vez lo habías dejado de lado. La diversión no faltará, y la física, tampoco.

Os dejo aquí un vídeo de uno de los campeones del mundo para que, si aplicáis bien los fundamentos que os he contado hoy, sumado a largas horas de entrenamiento y dedicación, podáis llegar a hacer cosas así ;P

Fig. 10: “Best moments Kelly Slater” en YouTube

Autor

Manuel Ferreira Lorenzo

Estudiante de Ingeniería en Tecnologías Industriales,

Universidad de Málaga

Bibliografía

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Manuel Ferreira Lorenzo
Manuel Ferreira Lorenzo
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Me gradué en Ingeniería en Tecnologías Industriales por la Universidad de Málaga y la Universidad de Vigo. Ahora estudio Física en King’s College London.

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